Más allá de “hacer libros”

Sin duda escribir para compartir es algo que requiere tiempo y mucha, pero mucha práctica. Realizar esta publicación es algo que, debo confesarles, me cuesta un poco [mucho] de trabajo, primero dar con esa idea, recuerdo, anécdota y/o conocimiento para compartirles y después hallar las palabras en esta cabeza revuelta. Resulta que soy mejor para darle formato a lo que escriben otras personas que para escribir yo misma; de pronto, buscando esa chispa que se cree nos ilumina a los creativos, recordé cuánto me gustaba pasar el tiempo hojeando miles de revistas en los pasillos del Sanborns cercano a casa (esa sección era mucho más grande de lo que es hoy y no se diga la sección de tarjetas de Hallmark, una verdadera joya); aunque no entendía mucho de qué iban, me comía libros de medicina estancados en el estudio de mi vecino doctor y más tarde mi refugio favorito fue la biblioteca pública de San Miguel de Allende en donde encontrabas los libros más extraños, muchos en otros idiomas.

Libros, libros, libros

Aún con toda esta historia, “hacer libros” no era algo que pasara por mi mente de ninguna forma. Hasta donde recuerdo, las clases en la universidad eran muy divertidas, pero poco informativas (spoiler alert para los que aún estudian, sí, muchas de sus clases distan mucho del día a día laboral). Cuando empecé a trabajar (casi ayer, ja, ja, ja) nos vimos frente a frente el diseño editorial y yo, no hubo más que ir aprendiendo en el camino y les cuento que hoy por hoy me falta mucho por aprender y sigo en el camino. He querido contarles cómo es que llegué a dedicarme a esto del diseño editorial a manera de introducción para compartirles una pequeña lista de tips que no sólo han hecho más rica mi experiencia profesional, sino mi vida en general.

«Todos mis conocimientos profesionales son absolutamente autodidactas. Aprendí por mi cuenta (y riesgo) lo que necesité cuando me hizo falta. Algunos de mis libros, ciertamente, surgieron por mis propias necesidades de conocimientos concretos» (José Martínez de Sousa) y así yo también llegué aquí. El primer tip, Aprendizaje, todo el tiempo busca aprender. Constantemente estamos expuestos a cosas, ideas, visiones, formas de trabajo e información que puede provenir de donde y de quién menos lo esperas, deja abiertos tus receptores y te garantizo que buscar conocer lo más que puedas de un nuevo proyecto siempre hará que des más y lo hagas mejor.

Nota: En ocaciones el tiempo no nos ayuda, y aprender a veces necesita de él, por lo que te daré un tip extra. Pide ayuda “lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe” (Les Luthiers). Aplica para personas, bancos de imágenes, diccionarios, etc…

Mis repisas de aprendizaje (para mi y para los que trabajaron conmigo en ellos).  Izquierda y arriba: libros, revistas, catálogos, informes. Derecha, algunos favoritos que enseñan e inspiran.

Curiosidad, si bien creo que esto lo he aprendido más de los gatos, al final es un tip que va de la mano del primero, ya que puedes tener mucha curiosidad, pero no investigar ni aprender nada. Así que déjate llevar por las preguntas y la investigación. Este tip te llevará también a tener todas las respuestas importantes (que probablemente te generen más preguntas) y a leer una y mil veces los contenidos que te entreguen. Sé curioso de ti, te llevarás a nuevos lugares y conocimiento.

Análisis, un ingrediente más que se suma, ya que podemos tener curiosidad y aprendizaje, pero analizar la información que tienes te ayudará a ser mucho más certero en tus decisiones, te facilitará entender la importancia de los contenidos, cómo se manejará el  texto, qué funcionaría mejor con una gráfica, si a color o en una tinta, etc… y aquí mencionamos a duda, ésta siempre te ayudará a que el análisis sea más completo.

Orden, aunque confieso que a veces no soy tan ordenada, para el desarrollo de un proyecto y en las carpetas de información procuro que siempre exista, ayuda a optimizar tiempo, esfuerzos y, muy importante, evitar errores. Visiten en el blog la entrada “El círculo virtuoso de la organización de Omar de Luna. Yo sigo trabajando en el orden en algunas otras áreas.

Evidencia: Ejemplo de carpeta de un proyecto Vs. Mi escritorio durante un proyecto en el que había que entregar un dummy

Planeación desde el inicio, visualiza cómo será, adelántate unos pasos a lo que puede suceder, imagina cómo va a funcionar si las cosas o la información no son como esperabas, y aunque solo sean bocetos, plantea tus archivos como si ya fueran los finales, eso te ayudará nuevamente a ahorrar tiempo y evitar errores.

Establece tu retícula, tus márgenes, ten tu planeación lista, ¡genial! Espera, no olvides, flexibilidad, en algún momento será inevitable (y tal vez, muy disfrutable) romper las reglas, salir de la retícula, cambiar el plan original para adaptarlo a algo inesperado. La pandemia vino a sorprenderme y enseñarme, un poco a la mala, que la flexibilidad es necesaria para fluir, y también aprendí que aplica a ti mismo, como lo menciono arriba en la curiosidad, conócete y date la oportunidad de adaptarte, abraza el cambio para crecer y ser mejor.

Complicidad, con tus clientes, proveedores, colaboradores, habrá proyectos en los que tengas que trabajar con editores, traductores, ilustradores y definitivamente la cercanía y comunicación con todos ellos te harán más fuerte, porque no solo fluirá el proyecto sino que también aprenderás de ellos, y tal vez hasta terminen brindando por el cierre del proyecto. ¡Ni qué decir de la complicidad con tus amigos!

Funcionalidad, es un tip más de esta pequeña, pero en mi perspectiva gran lista. Los anteriores ya nos han dado ventaja pero no podemos olvidarnos de algo muy importante: el único lugar en donde estética está antes que funcionalidad, es en el diccionario. De nada servirá que sea “bonito” si no cumple su función.

Disfruta el proceso, sin dudarlo puedo presumir que disfruto lo que hago, sí, también tiene sus bemoles, porque como todo hay subidas y bajadas, y a veces no sabes para dónde vas, o las entregas de información se retrasan o ufff, a veces simplemente sientes que no fluyes (aplica el tip extra, pide ayuda o consulta: Psicología para creativos: Primeros auxilios para conservar el ingenio y sobrevivir en el trabajo, Frank Berzbach).

Otro indispensable para tenerlo siempre a la mano: Ortotipografía para diseñadores – Raquel Marín Álvarez. Ambos libros de Editorial Gustavo Gili.

Hay muchísimos conceptos que podrían estar en esta lista, pero creo que por esta entrega cerraremos con el último, pero no menos importante: comparte, lo que sabes, lo que eres, lo que haces y festeja lo que te comparten, así pues, es que cierro esta entrega, compartiendo contigo un poco de mí, de lo que me hace y de lo que hago.

Y claro, cuando crees que ya terminaste se te ocurre algo más, suelo tener ataques de “esto puede quedar mejor” (para ejemplo un botón) y a veces esto no me ayuda mucho, si tú eres así, te paso un tip que alguien en el camino me compartió y que tras una buena lucha conmigo misma va funcionando muy bien “Que primero exista y después lo perfeccionas”